Perder el
cabello es un auténtico drama personal para hombres y mujeres, más aún si son
jóvenes o incluso por debajo de los veinte años, que ahora parece tener una luz
al final del túnel.
Desde
tiempos antiguos, la cabellera fue descrita como símbolo de fuerza y virilidad,
seducción y belleza. Pero sin incomodar a Sansón y Berenice, Perséfone y
Medusa, la realidad es que la caída del cabello se vive como una pérdida de
imagen e identidad individual.
Los
investigadores del Instituto Dermopático de la Inmaculada (IDI) de Roma también
tuvieron en cuenta el fuerte impacto psicológico al aplicar una innovadora
terapia biológica y celular basada en la infiltración de derivados de la
sangre, que obtuvo gran éxito: el nuevo crecimiento del cabello en el 80 por
ciento de los pacientes tratados por alopecía androgenética.
El estudio
donde se describe el tratamiento fue publicado por la revista estadounidense Dermatologic Surgery. Pone en evidencia
la importancia de las plaquetas y de algunas proteínas presentes en la sangre
concentradas con el uso de un hemoconcentrador proyectado y producido por una compañía
italiana.
El
hemoderivado, el L-PRF, es por lo tanto plasma rico en plaquetas, glóbulos
blancos y fibrina.
La
investigación es la más importante realizada hasta ahora por el número de
pacientes. Se estudió a 168 personas (102 hombres y 66 mujeres) que perdían el
cabello por alopecía androgenética y fueron seguidas por tres años.
La edad
promedio para los hombres era de 28 años, y para las mujeres 36. Otro grupo de
control con pacientes no sometidos a terapia fue seguido durante el mismo
período por los investigadores, que verificaron en cambio un empeoramiento.
'Un posible
campo de aplicación de esta técnica concierne a los pacientes que perdieron el
pelo por la quimioterapia', explicó Giovanni Schiavone, primer autor del
estudio y responsable de la Unidad de Medicina Regenerativa del IDI de Roma.
Participaron
en la investigación también Damiano Abeni, responsable de la Unidad de
Epidemiología del IDI, Francesco Ricci, de la Unidad Operativa del Melalona
IDI, y el investigador y dermatólogo Andrea Paradisi.
El mecanismo
prevé una toma de sangre al paciente. El plasma rico en plaquetas, glóbulos
blancos y fibrina se separan del resto a través del uso del hemoconcentrador.
Luego el
plasma es inyectado en la zona de la cabeza donde se produjo la caída del pelo.
La terapia puede ser usada varias veces y no tiene efectos colaterales salvo
cierta sensación de hinchazón o quemazón entre las 48 y las 72 horas
posteriores sucesivas, y se resuelve espontáneamente.
La técnica
forma parte de la medicina regenerativa, que ya desde hace años se usa para
contrastar algunas enfermedades, como la artrosis de rodilla. Las mejoras, se
lee en el estudio, se mostraron también en pacientes afectados por formas
severas de alopecía.
En Italia el
tratamiento solo está disponible en la Unidad de Medicina Regenerativa del IDI
de Roma, tras una visita al dermatólogo, con un costo de 1500 euros. septiembre
2/2018 (PL)